Es fácil ver como la iglesia a veces representa mejor la naturaleza de una tradición, religión o políticas concretas que la del verdadero Dios. Si hay algo revolucionario para nuestros días, es el amor incondicional. Aquel que nos ha alcanzado sin merecerlo. Amar a los que no nos caen bien, marca la diferencia en este mundo como ninguna otra cosa. La gracia que se manifiesta en la bondad inmerecida es una de las mejores armas para destruir la maldad y la mejor herramienta para enfrentar el ser iglesia en el S.XXI. Al igual que encender una cerilla en un cuarto sin luz, acaba con la oscuridad, la bondad de Dios acaba con la maldad. El caso, es que somos llamados a colaborar con Dios en esto cuando la Biblia nos dice "vence el mal con el bien". ¿Quién quiere simplemente reprender al mal, cuando tienes la oportunidad de vencerle?. Esta canción de Michael Gungor, es para mi una invitación a relacionar a Dios con lo que verdaderamente es revolucionario y radical. Más abajo ofrezc