Ir al contenido principal

El Vínculo

En esencia, la Iglesia es la comunidad de todos los que han decidido seguir a Jesús. Comunidad cristiana significa comunión en Jesucristo y por Jesucristo. El seguidor de Jesús ya ha dejado de buscar su libertad y restauración en si mismo y la busca por tanto en aquel a quien sigue. 

Aunque no se deduce que el cristiano tenga que vivir por necesidad entre otros cristianos, sin duda que la interacción con aquellos que han decidido seguir al Maestro es un tremendo privilegio que a veces no es valorado hasta que se pierde. Podríamos preguntar a los cristianos que han sufrido cárcel o enfermedad o cualquier otra situación que los ha mantenido lejos de sus hermanos para hacernos una idea del tesoro que se nos concede. 

No obstante, es fácil que dejemos que otra cosa fuera de Jesús sea la que establezca el principal vínculo de unión en la comunidad cristiana. Cuando esto sucede, y tristemente sucede con frecuencia, empezamos a actuar de maneras muy lejanas a lo que Jesús tenía en mente cuando pensó en su iglesia.

Pensemos por ejemplo en aquellos que son incapaces de relacionarse con otros cristianos por el hecho de no formar parte de su denominación, o por no compartir posturas teológicas concretas... Aunque es normal que tengamos mejor afinidad con ciertas personas que comparten nuestros puntos de vista, nunca debemos ver normal a aquellos que rehusan cualquier tipo de interacción con los que difieren en aspectos muy concretos, pues al hacerlo, se deja de lado la realidad de que Jesús y solo Jesús es nuestra fuente de comunión, y por tanto, el elemento básico para formar parte de la verdadera comunidad cristiana universal, aunque sea expresada con diferentes formas en niveles locales.

Es fácil ver en nuestros días como se organizan grupos de cristianos denominados Iglesia en torno a una institución, una idea concreta o una generación. No pongo en duda el esfuerzo de los hermanos que consiguen hacer comunidad con aquellos que comparten unos gustos similares, es muy probable que en un principio sea el amor hacía ese grupo concreto el que los lleve a reunirlos en torno a Jesús. Además tenemos el ejemplo de Pablo que se hizo a diferentes grupos con tal de alcanzarlos con el amor de Dios. Sin embargo, he de confesar que me siento incómodo cuando al estar en una comunidad cristiana solo veo a jóvenes, o a personas de clase alta, o a cristianos identificados políticamente con las ideas de derecha o de izquierda, o personas que provienen de una región concreta. 

El motivo por el que me incomodo es por lo fácil que es ver y conseguir en nuestro mundo comunidades felices en torno a tales lazos y me pregunto si no hemos perdido el poder de hacer lo que en este mundo escasea: que personas de diferentes generaciones, ideas políticas, cultura, clase social etc. sean capaces de amarse y formar una comunidad de amor.

Lo que me fascina de la iglesia del nuevo testamento es que en términos humanos la iglesia estaba condenada a fracasar como comunidad: ¿un publicano y un revolucionario amándose? ¿un pescador y un recaudador de impuesto juntos? ¿un fariseo y una ex-prostituta hablando?  Sin duda que algo llamaba la atención en esta gente cuando el pueblo decía "mirad como se aman". Creo que ese milagro es el que ocurre cuando dejamos que sea Jesús y solo Jesús nuestro vínculo.

Comentarios

  1. annette gulick24 de julio de 2009, 6:58 (traspasado del blog siendoiglesia a Metamorfosis)

    !Me encanta este punto del vinculo! Creo que es importante recordar que la comunidad heterogeneo es un derivado de nuestra unidad y no en fin. Es producto del reconocimiento de nuestra profunda necesidad de Cristo en el otro y la busqueda de ello como Dietrich Bonhoeffer lo explica en su libro Vida en Comunidad (http://preview.tinyurl.com/kmux3q)
    "Por tanto, el cristiano necesita a otro cristiano que le hable de la Palabra de Dios. Lo necesita una y otra vez cuando se siente inseguro y desanimado… Necesita a su hermano solamente a causa de Jesucristo. El Cristo en su propio corazón es más débil que el Cristo en la palabra de su hermano; su propio corazón es inseguro, el de su hermano es seguro."
    Adelante con la exploracion, como dijo el fauno Tumnus, "Mientras mas alto y mas adentro llegas mas grande es todo. El interior es mas grande que el exterior."
    abrazos a los dos....annette

    ResponderEliminar
  2. J.Jeremías3 de agosto de 2009, 11:25 (traspasado del blog siendoiglesia a Metamorfosis)

    Que difícil se me hace comprender lo que entendemos por comunion ¿común-unión? ¿compartir la fe? ¿compartir la vida? ¿todas y cada una de las opciones o simplemente una utopía comunista donde todos tenemos en común todo? ¿Qué nos une: un Dios, un bautismo, una fe? Creo que es complejo. Pero mientras más comparto la idea de Jesús, más me uno a sus sinceros seguidores. Mientras más participo en eventos, reuniones, avivamiento, conferencias, etc. me siento más alejado de la idea de cristianismo propiamente protestante en su acepción actual. Lamentablemente, como tu dices, al parecer lo único que nos une hoy en día es un cubo que dice tener puertas y ventanas pero que sólo sirven para entrar y, en el mejor de los casos, y tal vez sólo para algunos elegidos, salir.

    Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Cómo Enseñamos a Ser Cristianos?

¿Qué entendemos por ser cristiano?, tristemente en muchos contextos evangélicos se reduce a haber hecho una oración de arrepentimiento y a partir de ahí, asistir cada domingo a un culto en la mañana. Con estos dos requisitos eres considerado "cristiano consagrado" en muchas iglesias cristianas. ¿Pudiera ser que el afán de ver nuestros edificios llenos nos lleve a ignorar los requisitos de Jesús para sus discípulos? No creo que nadie quiso o planificó que las cosas fueran así. Y tampoco creo que la mayoría de pastores en nuestro país desean tal estado, sin embargo seguimos pensando que la llegada del poder de Dios a nuestras vidas vendrá por las experiencias vividas en comunidad en medio de tiempos de alabanza y predicación,. Aunque tales actos tengan su efecto y valor, ninguna de estas experiencias colectivas genera un número aproximado de personas que sean así como fue Jesús y sus seguidores. Como dice Dallas Willard en su prefacio al libro "El Espíritu de las Diciplina

ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL

Creo que uno de los retos de ser iglesia en el Siglo XXI está relacionado con el término "vida cotidiana". Formar personas para manejarse en las estructuras eclesiales y para elaborar programas y eventos es algo en lo que aprobamos, pero la domesticación no es el discipulado ¿De que sirve una fe que no tiene relevancia y aplicación en nuestras familias, entornos laborales, vecindario y tiempo de ocio? Este fue otro de los temas que el pasado noviembre tratamos en un encuentro de la Alianza. Nos invitaron para compartir conocimiento, puntos de vista y encontrar aplicaciones prácticas. Nos dividimos en grupos que fueran lo suficientemente cómodos para dialogar y llegar a puntos en común. El grupo encargado de redactar acerca del acompañamiento espiritual escribió el artículo que ha sido publicado por protestante Digital. El artículo me ha hecho pensar en lo poco que valoramos lo sencillo y lo cotidiano, en definitiva, lo auténtico y lo que de verdad tiene valor, puedes leerlo

La Misión

Es fácil olvidarnos de que Dios está muy interesado en la restauración de todas las cosas que los hombres hemos estropeado con nuestra rebeldía. Toda la Biblia nos muestra como Dios usa a hombres, mujeres y naciones para conseguir su deseo y sin duda Jesús toma un lugar central en la Misión Restauradora de Dios. Quizás lo más fácil de olvidar es que la Iglesia ha sido creada para que sea un agente de restauración dentro de la Misión de Dios. Que triste es cuando personas que no muestran ningún interés por Jesús están más involucradas que los cristianos en hacer de este mundo un lugar mejor. Ellos son muchas veces mejores ejemplos de lo que significa colaborar con Dios (aunque ni sean conscientes de que lo que hacen es lo que Jesús enseñó). Empezamos comunidades cristianas que viven la comunión y el ministerio como fin en si mismo, y el resultado es una subcultura cada día más aislada del mundo al que nos ha tocado restaurar; lo que muchos llaman hoy "la burbuja evangélica". E